
Solo uno de los dos grupos que estaban previstos pudo visitar las callejas emblemáticas de la Judería. Costó, con tanto empedrado y la falta de conservación del suelo, pero ahí estuvimos.
Aquí podéis ver el resto de imágenes.
Y abajo la prueba de que las sillas de ruedas (normales) pueden entrar a ver la calle del pañuelo.